PASEO POR EL PUERTO DE VIGO
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Lugar de salida: Mercado de A Pedra
Distancia: 2 km Tiempo estimado: 2 h Final de la ruta: Lonja de Vigo Dificultad: Baja Vigo nació y creció gracias a su puerto. Es uno de los más importantes del mundo en descargas de pesca, con espacio para los trasatlánticos, los yates y los astilleros. Recorrerlo es como viajar por las venas que llenan de oxígeno la ciudad. Y se puede hacer en poco menos de dos horas.
Además, podremos pasear por la magnífica Alameda de la ciudad que cuenta con una diversidad increíble de vegetación y donde destaca la camelia por excelencia. |
Nuestro recorrido empieza en el centro, en la parte baja del barrio histórico: el Mercado de A Pedra es un buen símbolo de la evolución del puerto con sus productos tecnológicos llegados de cualquier parte del mundo expuestos para su venta junto a otros artículos tradicionales.
Saliendo por la parte baja del mercado, a la derecha, podemos degustar las ostras que experimentadas ostreras abren y sirven en la misma calle. En la misma dirección, siguiendo adelante, llegamos a la calle Laxe, donde hay numerosos locales en los que probar la gastronomía gallega, dominada por los productos del mar y los vinos Rías Baixas.
El paseo sigue entre edificios señoriales como el Hotel Universal, para ascender por su izquierda hasta desembocar en dos tranquilos parques, la Alameda, en la Praza de Compostela y, ya girando nuevamente hacia el mar, el paseo de las Avenidas. Por este último caminaremos en paralelo al puerto deportivo de la ciudad. Hacia la desembocadura de la ría, acabaremos en el Muelle de Trasatlánticos, dominado por su Estación Marítima, desde cuyo extremo tendremos una panorámica de todo el puerto: el muelle de contenedores y algunos astilleros hacia el este y la zona pesquera, de carga de vehículos y más astilleros hacia el oeste.
En la misma dirección, llegaremos al barrio histórico, el núcleo marinero original de la ciudad, allí donde las barcas se amarraban en los soportales que aún hoy se conservan y que antes se levantaban casi sobre la arena. Frente a la plaza se alza hoy la lonja de Vigo, una de las más importantes del mundo. Y, tras ella, una sucesión de muelles que dan descanso a los barcos antes de su siguiente singladura.
Saliendo por la parte baja del mercado, a la derecha, podemos degustar las ostras que experimentadas ostreras abren y sirven en la misma calle. En la misma dirección, siguiendo adelante, llegamos a la calle Laxe, donde hay numerosos locales en los que probar la gastronomía gallega, dominada por los productos del mar y los vinos Rías Baixas.
El paseo sigue entre edificios señoriales como el Hotel Universal, para ascender por su izquierda hasta desembocar en dos tranquilos parques, la Alameda, en la Praza de Compostela y, ya girando nuevamente hacia el mar, el paseo de las Avenidas. Por este último caminaremos en paralelo al puerto deportivo de la ciudad. Hacia la desembocadura de la ría, acabaremos en el Muelle de Trasatlánticos, dominado por su Estación Marítima, desde cuyo extremo tendremos una panorámica de todo el puerto: el muelle de contenedores y algunos astilleros hacia el este y la zona pesquera, de carga de vehículos y más astilleros hacia el oeste.
En la misma dirección, llegaremos al barrio histórico, el núcleo marinero original de la ciudad, allí donde las barcas se amarraban en los soportales que aún hoy se conservan y que antes se levantaban casi sobre la arena. Frente a la plaza se alza hoy la lonja de Vigo, una de las más importantes del mundo. Y, tras ella, una sucesión de muelles que dan descanso a los barcos antes de su siguiente singladura.